martes, 14 de septiembre de 2010

Biblioteca Pública de Buenos Aires

Parece haber surgido en Inglaterra y en las colonias inglesas de América, la idea de que el erario público debía sostener y mantener bibliotecas abiertas a toda clase de lectores ; con esa idea se abrió al público en 1711 la Biblioteca Real de España, bajo Felipe V. Casi un siglo después, los hombres de Mayo se apoyaban en la educación para la difusión de las luces y para ello era necesario contar con una Biblioteca Pública de Buenos Aires. La sociedad se enteró de su creación por un artículo aparecido en el periódico La Gazeta, del 13 de septiembre de 1810, en una nota que seguía al título de Educación. El decreto había sido refrendado el 7 de septiembre de 1810, y originalmente funcionó en un local de la Junta de Temporalidades, en los fondos del colegio de San Carlos, en los altos de la esquina de las actuales calles Moreno y Perú, en la denominada Manzana de las Luces.
Se creaba para facilitar “a los amantes de las letras un recurso seguro para aumentar sus conocimientos”. Su primer material bibliográfico fue donado por instituciones como el Cabildo Eclesiástico y el Real Colegio San Carlos, además de los aportes de Luís Chorroarín y Manuel Belgrano (junto a su hermano Domingo, donaron todos sus libros). Mariano Moreno fue designado su Protector, mientras que Cayetano Rodríguez y Saturnino Segurola fueron nominados primero y segundo bibliotecario , y por supuesto, ellos también acercaron libros. En un documento del 22 de agosto, la Junta ordena que “se encajone toda la librería del Obispo Orellana y todos los libros que hubiesen de los demás reos...”, refiriéndose a quienes en Córdoba apoyaron al ex virrey Santiago de Liniers; de esta manera, los libros a disposición de la sociedad, se fueron incrementando. Rápidamente llegaron las donaciones de por ejemplo, los comerciantes ingleses, quienes acercaron valiosos libros entre los que se encontraba Descripción de la Patagonia, del jesuita Thomas Flakner; obras médicas, historias universales, clásicos latinos, obras prohibidas por la iglesia, etc. Pueden citarse: Diderot, Monstesquieu, Rousseau, Voltaire, Genovesi (economista), Cayhetano Filangieri (dio a conocer a los ilustrados franceses), Quesnay, Adam Smith, Condorcet , entre muchos otos que influyeron a los hombres de Mayo.
Entre 1811 y 1821, la dirección fue ejercida por Luís Chorroarín, hasta que un decreto de Martín Rodríguez, lo reemplazado por Saturnino Segurola. Desde 1822 a 1828 ejerció el cargo Manuel Moreno, hermano de Mariano; para 1823 la biblioteca contaba ya con más de 17.000 volúmenes.
Por: Juan Carlos Ramirez

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