jueves, 21 de diciembre de 2017

Hoy. Hace 45 años

El vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, llevaba a un equipo de rugby cuando se estrelló en los Andes. En aquel accidente sobrevivieron 16 luego de pasar 72 días en la nieve, a casi 4.000 metros de altura y con temperaturas de entre 25 y 42 grados centígrados bajo cero.
El 12 de octubre de 1972 partió de Montevideo rumbo a Santiago de Chile, el equipo de rugby Old Christians, acompañados por familiares y amigos, que iban a jugar un partido amistoso con similares chilenos; al grupo hay que sumarle la tripulación de cinco personas.
Debido a dificultades climáticas pasaron la noche en Mendoza y al día siguiente reanudaron su viaje. Un error de navegación hizo que el avión chocara contra una montaña y perdiera la parte trasera y las dos alas. Lo que quedó del fuselaje se deslizó más de un kilómetro por una ladera nevada hasta detenerse abruptamente sobre el Glaciar de las Lágrimas en la provincia de Mendoza, cerca de la frontera con Chile. Siete pasajeros murieron al salir despedidos cuando se partió el avión, seis murieron al detenerse el fuselaje y otros tres perecieron por la noche. Diecisiete días después, ocho murieron en una avalancha que los sepultó en la nieve. Por 10 días, los sobrevivientes racionaron los pocos alimentos que tenían (vino, nieve derretida, pasta de dientes, chocolate) y se abrigaron con la ropa de las víctimas, pero en el día 11, luego de enterarse por radio que la búsqueda había sido abandonada, tomaron la decisión más difícil: alimentarse con los cuerpos de las víctimas antes de que murieran todos.
El 11 de diciembre (Día 60) Canessa, estudiante de medicina de 19 años, y Fernando Parrado, de 22, quien sobrevivió tres días en coma por una fractura de cráneo y edema cerebral, decidieron salir en busca de ayuda. Luego de subir y bajar montañas (pasaron por los Altos de San Hilario, con una altura de 5.180 metros), sin equipamiento ni entrenamiento, se encontraron con el arriero chileno Sergio Catalán. Separados por un arroyo cuyo torrente les impedía escucharse, Catalán les tiró una piedra y un lápiz envueltos en un papel.
"Vengo de un avión que cayó en las montañas", escribió Parrado. "Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar arriba? Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?". Con las últimas fuerzas que le quedaban, lanzó la piedra de regreso y ésta cayó justo en la orilla. Catalán les hizo señas de "mañana" y, antes de irse, envolvió unos panes y un queso junto con una piedra y se los arrojó a Parrado.
Todos fueron rescatados entre el 22 y 23 de diciembre. "Los 14 que quedaron en el fuselaje mientras caminábamos sobrevivieron todos", dijo Canessa, quien reflexionó: Uno cree que conoce todo de sí mismo y ése es el error. Cuando uno realmente no aguanta más es cuando se muere. Pero la mayoría de los 'no aguanto más' son grandes mentiras".

Juan Carlos Ramirez Leiva 
(Nota elaborada en base a reseñas periodísticas varias).


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