viernes, 12 de junio de 2015

Por ahi andaba Garay



La primera fundación de Buenos Aires  la había realizado el Adelantado Pedro de Mendoza, en los primeros días de febrero de 1536. El enclave no resistió el asedio de los querandíes y la corona decidió su despoblación en 1541. A Juan de Garay fue a quien se le encargó fundar una ciudad que estuviera ubicada estratégicamente: la confluencia de los grandes ríos y la salida al Atlántico necesaria para una mejor comunicación con la metrópolis. Para ello, partió de  Asunción el 9 de marzo de 1580.
Los españoles ya habían abierto asentamientos al sur de Lima (Asunción, Santiago, Tucumán, Santiago del Estero, Mendoza, Córdoba) y el descubrimiento de las minas de plata en Potosí hacía necesario el trazado de una ruta segura hasta la península. En 1561, Garay había participado de la fundación de Santa Cruz de la Sierra (actual Bolivia) y hacia el final de esa década se trasladó a Asunción, donde fue nombrado Alguacil Mayor de las Provincias del Plata. Desde esta ciudad partió en 1573 para crear un asentamiento a orillas del río Paraná: Santa Fe de la Veracruz. Para entonces, una ordenanza real de Felipe II establecía con precisión las características de las ciudades fundadas en las colonias españolas. Fue con esta normativa que, nuevamente desde Asunción, partió la expedición de Garay hacia el Río de la Plata.
Las embarcaciones del adelantado zarparon de Asunción con 64 colonos, 53 de ellos, según los registros, nacidos en América, en la futura Paraguay. El 29 de mayo llegaron a las aguas del Riachuelo y se instalaron en un primer campamento.  El sábado 11 de junio, por la mañana,  Garay fundó la ciudad con el nombre de Trinidad, en referencia al día en que fondearon en el Riachuelo, el domingo de la Santísima Trinidad en el calendario católico, dejando la denominación de Santa María de los Buenos Ayres para el puerto.
Garay eligió la actual Plaza de Mayo como lugar apropiado porque el terreno  resultaba amplio y elevado junto al río; instaló el fuerte y la plaza principal, y a su alrededor entregó terrenos para los fundadores y los religiosos.
El acta fundacional desapareció tempranamente, ya para 1707 se dejaba constancia de su inexistencia junto con el Libro de Fundación y los Acuerdos Capitulares 1580 -1605. 

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

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