Como Napoleón no pudo vencer en los mares a Gran Bretaña, decidió decretarle un bloqueo continental al comercio, que Portugal no acata. Napoleón decide invadir Portugal en 1806 para lo cual tiene que atravesar España, acción consentida por el Tratado General de Fontainebleau firmado por el Ministro Godoy, en medio de fuertes descontentos populares.
San Martín, a las ordenes del Capitán General de Andalucía, General Francisco María Solano (caraqueño) tomo parte de la nueva guerra. La realidad es que las tropas francesas se estacionaron en España y la acción llevó a que el Rey y su familia se trasladaran en 1807 hacia Aranjuez, con el propósito de partir hacia México y establecer allí su corte, como lo había hecho Juan VI de Portugal, marchando hacia Río de Janeiro. El descontento popular obligó al rey a abdicar en favor de su hijo Fernando VII (el llamado Motín de Aranjuez).
Finalmente, los franceses se apoderaron de Madrid y el general francés Joaquín Murat obligó a que Carlos y Fernando VII se trasladen a Bayona (Francia). Allí Napoleón hizo que Carlos y Fernando le cedan sus derechos y el trono de España e Indias es entregado al hermano del Emperador, quien reinará con el nombre de José I.
El 2 de mayo de 1808, los españoles que no apoyaron a los franceses, iniciaron una rebelión que comenzó la Guerra de la Independencia Española, formándose juntas provisionales de gobierno en nombre de los Borbones y contra la ocupación napoleónica. Un motín popular asesinó en Cádiz al General Solano, suponiéndolo aliado de los franceses, y también quisieron matar a San Martín, edecán de Solano, pero el jefe del Regimiento de Murcia lo salva.
Nombrado Capitán Agregado al Regimiento de Caballería de Borbón, San Martín comenzó a participar en la guerra contra Napoleón, destacándose en los combates. Como consecuencia del triunfo en Bailén (1808), San Martín ascendió a Teniente Coronel Graduado de Caballería, con medalla de oro. Poco después fue ascendido a Comandante del Regimiento de Dragones de Sagunto.
Con la península ocupada en su mayor parte por Napoleón, San Martín y otros españoles de origen americano pusieron su atención en América, en donde se habían formado juntas similares a las de la península. Había tomado contacto con círculos liberales y revolucionarios que veían con simpatía la lucha por la emancipación americana.
Por: Juan Carlos Ramirez Leiva.
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