lunes, 15 de julio de 2024

Don José de San Martín. Una biografía (VIII)

  Apéndice:
 
Heridas de San Martín: Fue herido en la mano y en el pecho cuando fue asaltado por bandoleros en la ciudad de Cubo (España). En la batalla de Albuera (España) se enfrentó cuerpo a cuerpo con un oficial francés y resultó herido en el brazo izquierdo. Cuando su carruaje volcó en Falmouth un vidrio lo hirió en brazo izquierdo, lesión que demoro mucho en curarse. En la batalla de San Lorenzo fue herido en la cara y también sufrió el aplastamiento de una pierna y la contunsión de un hombro.
Infecciones: Cuando San Martín desembarco en Perú, la tropa fue afectada por una epidemia de paludismo y disentería y, aunque no fue afectado por la epidemia, tuvo vómito de sangre motivo de la úlcera que padecía. Solo reposó siete días, lapso exiguo para superar un episodio de tanta gravedad. Después de su renuncia al poder en Perú, viajó a Chile y enfermo de reumatismo y además, contrajo fiebre tifoidea. En 1832, una grave epidemia de cólera asoló Europa y San Martín y su hija, residentes en Francia, cayeron víctimas del "cólera morbus"
Afecciones respiratorias: La enfermedad de asma se manifestó por primera vez en España en 1808. El primer ataque asmático en el país lo tuvo en Tucumán, cuando era jefe del Ejército del Norte. En Europa, sus accesos se fueron espaciando y tuvo largas temporadas en que se vio libre de ellos.
Aparato digestivo: San Martín se vio afectado por úlcera, gastritis, hemorroides gangrenadas y estreñimiento. De todas ellas, la primera fue la principal patología, ya que la padeció desde 1814 hasta el día de su muerte, el 17 de agosto de 1850.
Manifestaciones nerviosas: A lo largo de su existencia sufrió de insomnio, excitaciones nerviosas y temblor de la mano derecha. Al referirse al insomnio escribió: "Lo que no me deja dormir no son los enemigos, sino como atravesar esos inmensos montes." En 1818, padeció un temblor en la mano derecha que le impedía escribir; dicha manifestación fue transitoria. Sufrió también las secuelas de las diversas enfermedades que padeció. En una carta dirigida a Toribio de Luzuriaga en 1837, decía: "Desde el año '33, en que fui atacado de cólera, me quedó una enfermedad de nervios que me ha tenido varias veces a las márgenes del sepulcro; en el día me encuentro restablecido a beneficio de los aires del campo en donde vivo y, más que todo, a la vida enteramente aislada y tranquila que sigo."

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

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