domingo, 1 de mayo de 2011

San Martín, Juan Manuel de Rosas, y Sarmiento

En 1841, un apasionado escrito aparece en la prensa chilena firmado con el seudónimo de un Teniente de Artillería de Chacabuco, pero realizado por Domingo Faustino Sarmiento. Comenzó entonces, en ambos lados de los Andes, un proceso de revisar la historia desde el presente, desde la busquedad del nuevo orden institucional. El exiliado Sarmiento dirá que San Martín es el primer exiliado, y los hombres que pelean su presente y no dejan de admirarlo, van a su encuentro.
Juan Bautista Alberdi visitó al General en su residencia de Grand Bourg en 1843, y en 1845 fue Domingo Faustino Sarmiento quien en su estadía francesa se entrevistó con José de San Martín. El sanjuanino, cometió la imprudencia de opinar en terminos adversos sobre Juan Manuel de Rosas y fue interrumpido por San Martín quien sostuvo, de acuerdo a Manuel Gálvez ( “Vida de Sarmiento”. Emece Edit. 1945), que: “Ese tirano de Rosas que los unitarios odian tanto, no debe ser tan malo como lo pintan cuando en un pueblo tan viril se puede sostener veinte años...me inclino a creer que exageran un poco y que sus enemigos lo pintan mas arbitrario de lo que es...y si todos ellos y lo mejor del país, como ustedes dicen, no logran desmoronar a tan mal gobierno, es porque la mayoría convencida está de la necesidad de un gobierno fuerte y de mano firme, para que no vuelvan las bochornosas escenas del año 20 ni que cualquier comandante de cualquier batallón se levante a fusilar por su orden al Gobernador del Estado”.
En "San Martín, Rosas y la falsificación", de Luis Soler Cañas, se comenta la carta que en referencia al encuentro, envió Sarmiento a su amigo Antonio Aberastain, el 4 de septiembre de 1846: “San Martín es el ariete desmontado ya que sirvió a la destrucción de los españoles; hombre de una pieza; anciano batido y ajado por las revoluciones americanas, ve en Rosas el defensor de la independencia amenazada y su ánimo noble se exalta y ofusca..."
En 1852 y ya desalojado del poder y ahora proscripto Juan Manuel de Rosas, el propio Sarmiento le encargo a Juan B. Alberdi, que escribiera una biografía del General. Tuvo por respuesta una rotunda negativa de acuerdo a la historiadora Ema Cibotti, ya que Alberdi creía que se pretendía condicionar su juicio histórico. Sarmiento le contestó: “Sin ser mi ánimo que fuese una detracción, porque yo no aconsejaría a nadie que no fuese honorable, creía que una alabanza eterna de nuestros personajes históricos, fabulosos todos, es la vergüenza y la condenación nuestra”. Alberdi, se burlaba de este uso de la historia, y no la realizó.

Por: Juan Carlos Ramirez

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