miércoles, 18 de septiembre de 2024

El general Perón marcha al exilio

   Eran las 8 de la mañana del 20 de septiembre de 1955, un miércoles, cuando Juan Domingo Perón partió del Palacio Unzué hacia la embajada paraguaya, con su chofer Isaac Gilaberte y el comisario Zambrino. Cuando llegó el embajador Juan Chávez, por razones de seguridad Perón y sus acompañantes fueron trasladados a la residencia, sugiriendo el diplomático que debería mudarse  a la cañonera “Paraguay”,  que estaba siendo reparada en el dique A de Puerto Nuevo. Perón respondió: “Está bien, no es a mí a quien toca decidir. Estoy en sus manos”.
  Llovía y al entrar a la zona portuaria, el agua hizo parar el motor del automóvil diplomático y Perón, con su impermeable color crema, pidió auxilio a un colectivero, quien los remolcó hasta que el coche arrancó. En el dique A lo esperaban los marineros formados. Perón, desde 1954, era ciudadano honorario paraguayo con el rango de General del Ejército.

 El ahora ex presidente, habría llevado "dos millones de pesos moneda nacional y 70.000 dólares” (según el historiador Joseph Page). Queda la duda si, como contó Perón, el embajador del Paraguay se puso a su disposición unos días antes (habría una carta del diplomático Chávez), o actuó sobre la marcha de los acontecimientos.  Mientras estaba en la cañonera, pensaba que no duraría mucho su exilio pese a que Raúl Bustos Fierro le dijo que sería “de imprevisible duración”, que quizás nunca regresaran.
  Su exilio termino el 17 de noviembre de 1972. No quiso una guerra civil. Prefirió dejar actuar al tiempo. Más allá de sus bravuconadas verbales, Perón, según Félix Luna, no era un hombre violento.... pero sus detractores si.

“ACTA Nro. 1 DE LA MARINA DE GUERRA EN OPERACIONES” (20/09/1955)

 “ACTA Nro. 1 DE LA MARINA DE GUERRA EN OPERACIONES”

  A bordo del Crucero A.R.A. “17 DE OCTUBRE” Nave Insignia de la Marina de Guerra Argentina en Operaciones, a los veinte días del mes de septiembre y año de mil novecientos cincuenta y cinco y una vez cambiadas las plenipotencias correspondientes entre los señores representantes del Comando Revolucionario de las Fuerzas Armadas a saber: Contraalmirante D. ISAAC F. ROJAS, General de Brigada D. JUAN JOSE URANGA, por una parte, y los señores representantes de la Junta Militar General de Ejército D. EMILIO FORCHER, General de División D. ANGEL J. MANNI, General de División D. JOSE C. SAMPAYO y General de Brigada D. OSCAR R. SACHERI, por la otra, son presentadas a estos últimos señores las siguientes condiciones del señor Jefe de la Revolución.

1°.) Renuncia del Presidente de la Republica - Vice Presidente y todos los miembros de su gabinete.-
2°.) El Jefe de la Revolución señor General de División D. EDUARDO A. LONARDI asumirá el Gobierno Provisional de la Nación, el día jueves 22 de Septiembre, a las 12 horas. A tal efecto, arribará por vía aérea al Aeropuerto de la ciudad de Buenos Aires, a las 11.00 horas donde será recibido por el Delegado de la Junta Militar.-
3°.) Inmediata difusión, por todos los medios disponibles, de la aceptación de lo expuesto en 1 y 2.-
4°.) Se ordene de inmediato el retorno a sus guarniciones de paz, a todas las unidades leales que se hayan alejado de las mismas, con la excepción de aquellas con asiento en la ciudad de Buenos Aires, las cuales deberán evacuar la Capital Federal, a más tardar para las 12 horas del día 22 de Septiembre.-
5°.) Se ordene de inmediato a los aviones leales, su presentación a la Base Aeronaval de Comandante Espora, donde quedarán a órdenes del Gobierno Revolucionario.-

Estos puntos son llevados por los señores Delegados al seno de la Junta Militar a efectos de su resolución definitiva.-
Esta resolución deberá ser comunicada al Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias a bordo del Crucero A.R.A. “17 DE OCTUBRE” antes de las doce horas del día veintiuno de septiembre.-
Si al término de este plazo no se ha recibido comunicación sobre la resolución de la Junta Militar, o esta es negativa, ambas partes quedan en libertad de acción para continuar las operaciones.
Los señores Delegados de la Junta Militar presentan a su vez las siguientes bases a tener en cuenta como prepósito de gobierno:
En las soluciones a establecer primará el concepto de que entre los bandos no hay, ni debe haber, vencedores ni vencidos.
El propósito primordial es el de obtener la pacificación de los espíritus, la solidaridad entre las tres fuerzas armadas y la unión de todos los argentinos.
El imperio de la Constitución en vigor dentro del concepto de la más amplia libertad y del orden.-
El Gobierno militar será un gobierno de transición para alcanzar la normalidad dentro del menor tiempo posible para llamar a elecciones generales.-
La renovación total de las autoridades se hará en base a la Ley Nacional Saenz Peña de Elecciones en vigor hasta 1946, tanto las autoridades nacionales como para instaurar los gobiernos de provincia.
Las elecciones se harán en base a nuevos padrones electorales controlados por la autoridad militar y los representantes de los partidos políticos.-
El acto electoral y el escrutinio se hará bajo el contralor y vigilancia de las autoridades militares y los fiscales de todos los partidos intervinientes en la elección.-
El gobierno será ejercido por una Junta Militar que actuarán como Consejo de Administración, integrado por un representante de cada una de las fuerzas armadas por cada una de las partes, en absoluto pie de igualdad.-
La actividad gubernamental será primordialmente administrativa, dejando para el futuro gobierno constitucional los problemas fundamentales.-
Se mantendrán incólumes todas las conquistas obreras y sociales, dentro de una disciplina de trabajo que incremente la producción.-
Los procesos de revisión y las denuncias contra funcionarios o ex -funcionarios, se tramitarán por la vía judicial, con la amplitud y las seguridades procesales que tal procedimiento comporta.-
Se acordará una amplia amnistía por todos los delitos políticos cometidos por civiles y militares.-
Las pensiones de retiro y de familiares que por ley correspondan serán reintegrados.-
Se dejará sin efecto la ley que convoca a elecciones de convencionales para la modificación de la Constitución Nacional.-
Se declarará la caducidad de los poderes Ejecutivo y Legislativo en el orden nacional y en cada una de las provincias.-
Se decretará la intervención nacional de todas las provincias.-
El Poder Judicial de la Nación y el de las provincias será intervenido y reorganizado, a fin de asegurar la honesta y correcta administración judicial en todos los fueros, como la más importante de las garantías que debe amparar a la ciudadanía.-
Que en cuanto atañe a la acción de gobierno que ha de presidir el señor General LONARDI y cuyo detalle dará a conocer oportunamente el referido General al hacerse cargo del gobierno, los señores Delegados no pueden contraer compromiso alguno con lo que terminó el acto firmándose dos ejemplares de un mismo tenor.-

JUAN JOSE URANGA         ISAAC F. ROJAS 

General de Brigada             Contraalmirante
 
ANGEL J. MANNI                EMILIO FORCHER
General de División             General de Ejercito

OSCAR R. SACHERI         JOSE C. SAMPAYO
General de Brigada            General de División




Renuncia el presidente Juan Domingo Perón

 Tras el bombardeo a los depósitos de combustibles de Mar del Plata del lunes 19 de septiembre, y ante la amenaza de la flota comandada por el contralmirante Issac Francisco Rojas de destruir las refinerías y depósitos de combustibles de La Plata, el Dock Sud e incluso bombardear a la ciudad de Buenos Aires, el presidente Juan Domingo Perón, redacto una proclama que fue leída por radio por el Ministro de Guerra a las 13 hs.. 
  El general Presidente instaba al ejército a una tregua que pusiese fin al desatino teniendo en cuenta que ante la amenaza de "bombardeo a los bienes inestimables de la Nación y sus poblaciones inocentes, creo que nadie puede dejar de deponer otros intereses o pasiones" (la nota no especificaba que renunciaba ni fue presentada ante el congreso). El general Lonardi, aún en Córdoba, le comunico al general Lucero: “En nombre de los Jefes de las Fuerzas Armadas de la revolución triunfante comunico al Señor Ministro que es condición previa para aceptar tregua la inmediata renuncia de su cargo del Señor Presidente de la Nación”.
 Tras la renuncia del general Franklin Lucero, se le encomendo al general José Domingo Molina que constituyera una Junta de Generales para que acuerde el fin de las hostilidades y del conflicto. Era la noche del 19 cuando el presidente Perón invitó a los generales a la residencia presidencial, en donde resaltó que el: “renunciamiento significaba el ofrecimiento de una renuncia indeclinable", pero que “constitucionalmente no había renunciado pues si hubiera querido hacerlo así lo habría hecho ante el Congreso y que por lo tanto continuaba siendo el Presidente de la República”. No todos los generales estaban de acuerdo con Perón y finalmente desde el Edificio del Ministerio de Ejército, el general Ángel Manni le dijo por teléfono a Perón que se le aceptaba la renuncia, aconsejando que: “Ponga distancia cuanto antes.
 En la mañana del viernes 20 de septiembre le informaron al general Manni que la Junta Revolucionaria recibirían por la tarde a los generales. Los representantes del gobierno constitucional y los mandos de la Flota de Mar, concretaron la reunión que se  efectuó en el Crucero A.R.A “17 de Octubre” (Nave Insignia): se encontraban por los sublevados el contralmirante Rojas y el general Juan J. Uranga, y los cuatro generales designados por Perón, Emilio Forcher, Ángel Manni, Oscar Sacheri y José Sampayo. Ellos fueron quienes acordaron los términos para dar por terminado el conflicto con la renuncia del general Perón a la presidencia de la república y de todos los miembros de su gabinete.
 Los diarios anunciaron ese día que Perón había renunciado y Lonardi, decretó que asumía “el Gobierno Provisional de la República con las facultades establecidas en la Constitución vigente y con el título de Presidente Provisional de la Nación". Terminaba así el asalto al poder constitucional con un saldos registrado de más de 150 muertos.
   El mayordomo de la residencia presidencial, Atilio Renzi, contó que a las 7 de la mañana del miércoles 20, Perón le dijo "me voy", pidiéndole que “junté en una maleta algunas cosas casi al azar”. Renzi le preparó un pequeño maletín donde le puso “algo de ropa y un poco de plata para movilizarse en esos días”(A. Renzi; “Del poder al exilio”).
  Mientras el general de División Eduardo Lonardi asumía como presidente (de facto) del gobierno, y el contralmirante Issac Francisco Rojas lo hacía como vice presidente (de facto), el general Juan Domingo Perón embarcaba en Puerto Nuevo en la cañonera paraguaya "Paraguay" y partía rumbo a Asunción. 
 
 
Por: Juan Carlos Ramirez Leiva

martes, 17 de septiembre de 2024

La Armada antiperonista cañonea Mar del Plata

 El viernes 16 de septiembre de 1955 unas pocas unidades del Ejército, bajo el mando del General Lonardi, comenzaban en Córdoba el golpe de estado que derrocaría al Presidente Juan Domingo Perón. El bando golpista contó con el apoyo de la Fuerza Aérea y de la Marina de Guerra. Pronto, comenzaron en diferentes ciudades del país acciones militares subversivas, que contaron con el apoyo de partidos políticos opositores y de la Iglesia, además, se sumaron civiles que actuaron junto a los militares rebeldes.
 Mientras Lonardi avanzaba con la orden de proceder con la máxima brutalidad, la situación política era incierta dado que Perón no actuaba como se esperaba, incluso, le negó a la CGT la posibilidad de armarse en defensa del gobierno. Ese sábado 17 no hubo grandes cambios pero el domingo 18 el crucero “9 de Julio” llegó a las costas de Mar del Plata y se conoció que el Contralmirante Issac Francisco Rojas había ordenado bombardear los tanques de petróleo y combustible del puerto, instruyendo previamente al Jefe de la Base de submarinos que alejaran a quinientos metros de la costa a la población entre Playa Grande y la Bristol. Se sabe que el Jefe de la Base Naval y algunos marinos,no estuvieron de acuerdo pero, la destrucción se llevó a cabo.
  Aún no eran las 7 de la mañana del lunes 19 cuando las acciones comenzaron con la incursión de un avión naval que fallo en su intento de destruir los tanques de combustible, tarea de la que se encargó el crucero 9 de Julio, posicionado a 8500 metros de la costa. Pasada las 11 de la mañana, los destructores San Juan, San Luis y Entre Ríos cañonearon por doce minutos la “Escuela de Artillería Antiaérea” (hoy GADA 601), leal al gobierno constitucional,
El crucero 9 de Julio, a 8.500 metros de la costa, dispara sobre el puerto de Mar del Plata.
  Con la ayuda de la sudestada, las naves sublevadas pudieron aproximarse a las costas de Buenos Aires con sus cañones que alcanzaban unos 20 kilómetros amenazando con cañonear La Plata, Dock Sud y Buenos Aires. Frente a ese desatino, el Ministro del Interior Oscar Albrieu, sugirió otro a Perón: trasladar a las refinerías de La Plata y Dock Sud, a los familiares de los marinos a ver si con sus madres, esposas e hijos se animan a bombardear. El presidente, ante tal estado de las cosas, designó una Junta Militar para que acuerde el fin de las hostilidades y del conflicto.
 El 20 de septiembre, los representantes del gobierno legítimamente constituido y los mandos de la Flota de Mar concretaron la reunión.
 
Por: Juan Carlos Ramirez Leiva
 
 

El fin del Perón Revolucionario

  Todavía era una herida abierta las más de trescientas personas asesinadas por el cruel bombardeo sobre Plaza de Mayo que la Armada Argentina, con las armas compradas por su propio pueblo, habían llevado adelante con el fin de asesinar al Presidente Perón. Se habían dado por dos meses, una tregua que pronto fue rota con actos violentos que demostraban que no se quería una pacificación y prácticamente obligaba al gobierno a llevar adelante una represión.  
  Perón no estaba totalmente convencido de que ese era el camino. El 31 de agosto, ante un pequeño grupo de militantes, expresó: "Yo ya estoy demás. Soy como aquel aficionado de relojero que sirve para desarmar un reloj, pero ya no se armarlo. Tanto he estado maniobrando con las piezas que, ahora, la única forma de que el reloj siga andando, es que yo lo deje" (archivohistorico.educ.ar).
  Sin embargo, las decisiones posteriores fueron contradictorias. Esa misma noche cerraría las posibilidades de un entendimiento, coincidiendo con lo que  expresara De Pietro: "nuestra nación necesita paz y tranquilidad para el trabajo, porque la economía de la Nación y el trabajo argentino imponen la necesidad de la paz y de la tranquilidad. Y eso lo hemos de conseguir persuadiendo, y si no, a palos". Si no querían la pacificación, buscaban la violencia y : "A esa la violencia le hemos de contestar con una violencia mayor. Con nuestra tolerancia exagerada nos hemos ganado el derecho de reprimirlos violentamente. Aquel que en cualquier lugar intente alterar el orden en contra de las autoridades constituidas o en contra de la ley o de la Constitución, puede ser muerto por cualquier argentino".
 La violencia del mensaje, acorde con los atraque sufridos y los muertos de trabajadores que conllevo, se fue incrementando: "La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es contestar a una acción violenta con otra más violenta. ¡Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos! ...Compañeros: quiero terminar estas palabras recordando a todos ustedes y  a todo el pueblo argentino que el dilema es bien claro: o luchamos y vencemos para consolidar las conquistas alcanzadas, o la oligarquía las va a destrozar al final."
 

El 16 de setiembre, en Córdoba, comenzó el alzamiento bajo el mando del general Eduardo Lonardi, enfrentado a Perón desde un confuso episodio de espionaje en Chile. Fue un viernes lluvioso y con una fuerte sudestada. Un día triste. El general consideró que era el final, que hasta allí llegaba. Se negó a una guerra civil. Y marchó al exilio.

Por: Juan Carlos Ramirez Leiva.