El 13 de Diciembre de 1947, el cielo antártico fue surcado por primera vez por una aeronave nacional. Cumplieron esta hazaña, un puñado de marinos argentinos bajo el comando del Contralmirante Don Gregorio A. Portillo a bordo del cuatrimotor Douglas C-54 Skymaster, matrícula 2-GT-1.
La
Antártida está casi encerrada dentro del círculo polar, y hacia ella avanzan
tres continentes: África, Australia y América. Entre los meridianos 55 y 70 el
continente sobrepasa el círculo polar, acercándose notablemente a la parte
meridional del continente americano, sobre Tierra del Fuego e Isla de los
Estados. Por eso no hay país que pueda alegar más derechos que la Argentina,
sobre estas zonas que resultan ser su prolongación geográfica a través del
estrecho de Drake.
Se
demostró que las comunicaciones aéreas entre ambos continentes son factibles
mediante el conocimiento de la meteorología antártica a fin de evitar las
perturbaciones ciclónicas, especialmente sobre el Drake, atravesado por
frecuentes depresiones y región de las más tormentosas del mundo, con vientos huracanados.
Estos vientos catabáticos o descendentes dan lugar al anticiclón glacial
antártico, íntimamente ligado con las tres áreas fijas de baja presión
(ciclones) situadas en los mares de Ross, Bellingshausen y de Weddell.
Otro
objetivo respondió a una finalidad geológica, relacionada con el aspecto físico
del continente representado por las características de la meseta antártica, de
2.500 a 3.500 metros de altura, y las enormes formaciones de hielo terrestre
determinantes de los que cubren los mares que los rodean.
En el
transcurso del vuelo se comprobó la proximidad de la estratosfera a la tierra
por lo cual la Antártida resulta envuelta en un manto caliente, lo que da lugar
a una inversión de temperatura (tiene solo un quinto del ancho que posee el
Ecuador). Esta comprobación permitió volar a una altura donde la temperatura
era más moderada que en la superficie.
La
tripulación estuvo compuesta por: Contralmirante Gregorio A. PORTILLO (Jefe de
la Expedición); Capitán de Corbeta Gregorio LLORET (Comandante de la aeronave);
Capitán de Corbeta Mario A. DE UGARRIZA (Piloto / Navegante); Teniente de Navío
Jorge A. BUSSI (Copiloto / Navegante); Capitán de Corbeta Alfredo WALTER (Personal
/ Supervivencia); Suboficial Segundo Luis A. MUÑOS (Jefe de Mecánicos); Cabo
Principal Mario A. PEPE (Ayudante Mecánico); Cabo Principal José M. LEZANA (Radiotelegrafista);
Cabo Principal Antonio GONZÁLEZ (Radiotelegrafista); Pedro POUCHULU
(Camarógrafo de Sucesos Argentinos). Este último, único civil en la expedición, había filmado todos los grandes acontecimientos en Argentina desde 1938, según nos hacía saber su hija, Patricia. Hasta abril del año pasado, con sus 94 años, vivía en una isla en el Tigre, y a esa altura era el único sobreviviente de la hazaña.
El
glorioso vuelo salió de Piedrabuena a las 04:45 hs, pasó por el Círculo Polar a
las 13:41 hs., y regresó a Piedrabuena a las 20:15 hs. Culminaba así una página
gloriosa de nuestra historia sobre la Antártida Argentina.
Juan Carlos Ramirez Leiva.
Nota elaborada en base a la publicación de la Fundación Marambio; material tomado por Carlos R. Boisen, del libro "Sobre Continentes Mares y Polos" (Über Pole, Kontinente und Meere) de Carls Hanns Pollog y Erich Tilgenkamp, tomo II, Edit. Peuser; primera quincena de Mayo de 1954. Testimonio de Patricia Pouchulu (2012).
Nota elaborada en base a la publicación de la Fundación Marambio; material tomado por Carlos R. Boisen, del libro "Sobre Continentes Mares y Polos" (Über Pole, Kontinente und Meere) de Carls Hanns Pollog y Erich Tilgenkamp, tomo II, Edit. Peuser; primera quincena de Mayo de 1954. Testimonio de Patricia Pouchulu (2012).
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