miércoles, 30 de marzo de 2022

“¡Paz, Pan y Trabajo. ¡La dictadura abajo!”

La CGT "Brasil", encabezada por el dirigente cervecero Saúl Edolver Ubaldini, enfrentó hace 40 años con una movilización a la dictadura genocida. La CGT se encontraba dividida en dos centrales: una era la denominada "Azopardo", que tenía su sede en el histórico edificio de la central obrera ubicado sobre esa calle, y que representaba al sector "dialoguista", encabezado por Jorge Triaca (padre del ministro de trabajo de Mauricio Macri). La llamada "Brasil", era combativa y estaba liderada por Ubaldini, que contaba con el apoyo del metalúrgico Lorenzo Miguel; esta línea dispuso la organización de la protesta obrera convocada bajo el lema de "Paz, Pan y Trabajo".
En marzo de 1981, el general Roberto Viola había asumido la presidencia de facto en reemplazo de Jorge Rafael Videla, bajo cuyo mandato se concretó el mayor genocidio de nuestra historia. El nuevo dictador llegó al poder justo cuando las políticas de dólar barato, endeudamiento, ajuste y apertura económica, se encontraban agotadas. Los tiempos del "deme dos" y la plata dulce habían terminado. La crisis económica provocó el relevo de Viola por Leopoldo Fortunato Galtieri, quien tenía el apoyo del presidente estadounidense Ronald Reagan. Lorenzo Sigaut asumió la cartera de Hacienda y pronunció la famosa frase: "El que apuesta al dólar pierde".



El malestar reinante determinó la convocatoria a una movilización para el 24 de marzo, aniversario del golpe que había derrocado a María Estela Martínez “Isabel” viuda de Perón, pero para evitar una provocación, se decidió marchar el 30. No menos de 15 mil personas se congregaron en la Plaza de Mayo pese a que se prohibió la concentración Movilizaciones masivas similares tuvieron lugar en Rosario, Mar del Plata, Neuquén, Tucumán y Mendoza, donde un jubilado murió como consecuencia de una bala represiva.
Durante seis horas el pueblo enfrentó a los usurpadores del poder con el mismo método con que se enfrentara a las dictaduras anteriores: en una esquina se juntaba repentinamente un grupo grande de manifestantes, se tiraban volantes y cantaban consignas para luego desconcentrarse rápidamente cantando la Marcha Peronista. Antes de la desconcentración se citaba a otra esquina cercana y se repetía el método frustrando a los represores que apenas lograban apresar a los que se demoraban o enfrentaban a la Guardia de Infantería. Se recuerda a la reacción de los vecinos ante los apresamientos represivos: tiraban macetas desde los balcones e incluso un hombre mayor, manifestó su indignación arrojándoles un sachet de leche; la histórica jornada dejó un saldo de 2.000 detenidos.

Juan Carlos Ramirez Leiva


No hay comentarios: